En los años 80 la Argentina contaba con algunos casos aislados de instituciones hospitalarias que desarrollaron programas de atención descentralizada a domicilio, fundamentalmente para pacientes agudos. El sentido de esta decisión era liberar camas hospitalarias y optimizar costos. En esos tiempos ya se percibía que el compromiso de la salud pública para prevenir, asistir y recuperar no sólo podía estar en manos de las instituciones de internación hospitalaria y sanatorial exclusivamente. Debía existir un compromiso más amplio que involucrara a todos los sectores. Era el momento de pensar en la internación domiciliaria. Era el momento de SIDOM.

Ser pionero implica demostrar el cambio que se podía generar. Por eso en SIDOM lo pensamos integralmente, desde los servicios asistenciales, la investigación, la docencia y el desarrollo de políticas sociosanitarias. Incorporamos al domicilio el avance constante que requiere la atención en salud. Porque la mutación tecnológica, el desarrollo de nuevas prácticas y el cambio sociodemográfico de la población hicieron que la internación domiciliaria tenga que evolucionar para mejorar la calidad de atención de los pacientes. Siempre lo hicimos con una actitud clave: innovación profesional y técnica con absoluto compromiso sociosanitario, cuidado y respeto a la realidad de cada persona que atendemos.